sábado, 30 de mayo de 2009

etica para amador

Ética para Amador" es uno de los títulos más conocidos y leidos de la bibliografía de Fernando Savater. Salió publicado en Abril de 1991, y hasta 1994 más o menos, fue muy vendido, y reeditado. Ha sido una obra muy popular en los institutos de bachillerato, por ser lectura recomendada en muchos de ellos, y estar en un lenguaje fácil para adolescentes (dirigido hacia ellos, pero también los adultos aprendían mucho con él). Yo lo compré alrededor de Abril de 1993, cuando hacía tercero de BUP, pues estaba en la lista de posibles libros que leer para hacer una reseña en la clase de Ética. Al año siguiente, creo que lo volví a leer para preparar un trabajo de Filosofía. Y posteriormente, no lo he leido mucho más... hasta ahora que quería escribir una opinión sobre un libro, y elegí este.

A mi juicio, en el apartado de Libros de Fernando Savater, debería aparecer algún título más, como Política para Amador (una secuela de "Ética...", aparecida creo que cuando Amador estaba a punto de cumplir los 18 años), o como Sobre vivir, Libre mente, Perdonen las molestias, El valor de educar, etc. Su bibliografía es muy extensa,

y además publica muchos artículos en prensa.

"Ética para Amador" está publicado bajo la editorial Ariel (al menos la edición que tengo yo, que era la decimoquinta), y es el número 101 de la Serie "Ápeiron-Invitación a la Filosofía". Consta de un "Aviso antipedagógico", un prólogo, nueve capítulos ("De qué va la ética", "Órdenes, costumbres y caprichos", "Haz lo que quieras", "Dáte la buena vida", "¡Despierta, baby!", "Aparece Pepito Grillo", "Pónte en su lugar", "Tanto gusto" y "Elecciones generales") y un epílogo, distribuidos en 189 páginas.

El planteamiento del libro es el de un padre que utiliza el libro como medio de expresión para comunicar a su hijo adolescente (Amador, el hijo real de Fernando Savater) muchas cosas que como persona debería conocer para intentar "vivir la buena vida", elementos de ética sin necesidad de trazar un recorrido sobre los autores filosóficos ni los movimientos teóricos que se han dado en la historia...; un libro para que su hijo lea cuando quiera, sin necesidad de estar mirándole a los ojos "aguantando el rollo" a su padre si se lo dijese directamente. En ningún caso se trata de un manual de ética para alumnos de bachillerato, y no pretende zanjar ningún debate. Sólo pretende estimular el desarrollo de librepensadores, a través de las reflexiones de un monólogo del autor con pretensiones de ser escuchado-leido por su hijo en una edad en la que le surgen muchas preguntas.

A través de este libro podemos conocer un poco más sobre cuál es la naturaleza de las personas, y cuáles las de los animales y de los intrumentos, que unas cosas nos convienen y que otras no, pero que no hay unanimidad entre lo bueno y lo malo referido a las personas, que las personas somos una realidad cultural además de biológica, que somos libres de elegir lo que queremos (condenados a ser libres según Sartre), que nada es bueno o malo por el hecho de ser una costumbre, una orden, un capricho o un dictamen de un sabio, que hay una jerarquía de valores para las cosas que queremos o que nos apetecen [nos cuenta por ejemplo la historia de Esaú y de Jacob, en la que Esaú vendió su derecho de primogenitura a cambio de un plato de lentejas que había preparado su hermano menor], que la libertad es decidir y darse uno cuenta de que decide, que hay que saber ponerse en el lugar de otro y reconocer sus derechos y circunstancias, que nada es malo sólo por el hecho de que se disfrute haciéndolo, que hay que evitar el puritanismo, etc. y el último capítulo es una especie de conexión entre la ética, el derecho, la democracia, la política... que sirve de enlace con su futuro libro "Política para Amador".

En definitiva, un libro donde Fernando Savater explica a su hijo muchas de las cosas que hubiera querido contar a su hijo, pero no supo o no se atrevió a contar en persona, y que conviene que las tenga en cuenta, y que en base a ellas, tenga confianza en sí mismo y sepa desenvolverse por la vida acorde con unos principios, unas ambiciones... todo ello sin ahorrarle el esfuerzo de pensar paso a paso ni tratarle como si fuese idiota. Y lo aplicable a ese hijo, puede ser aplicable a cualquier hijo de vecino que aunque no tenga un padre que sepa escribir y plasmar las ideas tan bien, quiera dar respuestas a muchas de sus preguntas, y de paso, crearse otras... 
 

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