sábado, 30 de mayo de 2009

el popol-vuh

Las culturas del nuevo mundo o de América , no estaban tan retrasadas como se pensaba, contaban con obras como arquitectura, organizaciones sociopolíticas y religiosas.

Ocupaban el centro del país los quichés y cakchiqueles. al poniente vivían los indios mames que aún habitan los departamentos de Huehuetenango y San Marcos; en las márgenes del sur del Lago de Atitlán se encontraba la raza aguerrida de los zutujiles; y, hacia el norte y oriente, se extendían otros pueblos de raza y lengua distintas. Todos eran, sin embargo, descendientes de los mayas que en el centro del Continente desarrollaron, en los primeros siglos de la era cristiana, una civilización.

Para los mayas-quichés, el tiempo y la vida eran una misma realidad. Las criaturas del universo formaban parte de un gran todo que se expresaba en una multitud de manifestaciones diferentes. El tiempo y la vida se desarrollaban según estas cosmogonías, a través de sucesivos ciclos de pruebas y de destrucciones, de infinitos ciclos de búsqueda. El conocimiento es el objeto de la creación para el pensamiento maya, y lo perfectible es el proceso que lleva hacia ese conocimiento. Lo perfecto no existe. Lo que existe es la vida en sus manifestaciones múltiples, siempre diversas y cambiantes.

Cuando, en 1524, los españoles, bajo el mando de Pedro de Alvarado, invadieron por orden de Cortés el territorio situado inmediatamente al sur de México, encontraron en él una población numerosa, dueña de una civilización semejante a la de sus vecinos del norte, al igual que propiciaron una serie de consecuencias que ayudaron al desarrollo, tanto para leer, como para escribir y con esto se encontró el Popol Vuh.

Este texto fue el libro tradicional en la región de los quichés. Además del elemento maya original se observan en el compuesto étnico y en las lenguas de los antiguos reinos indígenas las huellas de la raza tolteca que, procedente del norte de México, invadió la península de Yucatán bajo el mando de Quetzalcóatl hacia el siglo XI de nuestra era.

En el Popol Vuh pueden distinguirse tres partes. La primera es una descripción de la creación y del origen del hombre, que después de varios ensayos infructuosos fue hecho de maíz, el grano que constituye la base de la alimentación de los naturales de México y Centroamérica.

En la segunda parte se refieren las aventuras de los jóvenes semidioses Hunahpú e Ixbalanqué y de sus padres sacrificados por los genios del mal en su reino sombrío de Xibalbay; y en el curso de varios episodios llenos de interés, se obtiene una lección de moral, el castigo de los malvados y la humillación de los soberbios. Rasgos ingeniosos adornan el drama mitológico que en el campo de la invención y expresión artística que, a decir de muchos, no tiene rival en la América precolombina.

La tercera parte no presenta el atractivo literario de la segunda, pero encierra un caudal de noticias relativas al origen de los pueblos indígenas de Guatemala, sus emigraciones, su distribución en el territorio, sus guerras y el predominio de la raza quiché hasta poco antes de la conquista española.

En la cuarta y ultima parte, se describe también la serie de los reyes que gobernaban el territorio, sus conquistas y la destrucción de los pueblos pequeños que no se sometieron voluntariamente al dominio de los quichés.

Este libro aborigen, fue vertido al español, por el Fraile dominicano Francisco Jiménez (comienzos siglo XVIII); Carl Scherzer lo tradujo al alemán Viena. Hoy se conoce por la traducción al francés del abate Brasseur de Bourbourg, quien lo llevó a Europa como parte de su colección americana; ahora se encuentra en la Biblioteca Newberry de Chicago. El erudito Adrián Recinos comparó y corrigió las versiones para elaborar una nueva traducción , fruto de una ardua investigación y profundo conocimiento de la lengua original.

El Popol Vuh según investigaciones se traduce como “libro de comunidad o de consejo” que como ya hemos hablado de su importancia ,solo mencionaremos que significo la Biblia quiché.

Si la producción intelectual marca el grado supremo de la cultura de un pueblo, la existencia de un libro de tan grandes alcances y mérito literario como el Popol Vuh es bastante para asignar a los quichés de Guatemala un puesto de honor entre todas las naciones indígenas del Nuevo Mundo.

Resumen del libro:

Resumen de la segunda parte:

Capítulo I:

Dicen los narradores que no contarán la historia de Hunahpú e Ixbalanqué y omitirán la historia de sus padres y que sólo contarán algo sobre su padre. El padre de ellos se llamaba Hun-Hunahpú y tenía un hermano llamado Vucub-Hunahpú. Estos dos se pasaban los días jugando a la pelota y a los dados y esto molestaba a los señores de Xibalba que querían jugar con ellos y vencerlos.

Se describen los oficios de estos y otros señores que consistían en hacer sufrir a los seres humanos con muertes horribles. En estos momentos querían poseer los instrumentos de juego de estos y sus adornos.

Capítulo II:

Los señores de Xibalba envían a unos buhos mensajeros donde los hermanos para pedirles que vayan a jugar con los señores de Xibalba. Ellos se despiden de su familia y comienzan la jornada hacia Xibalba. Dejan una pelota colgada en su casa como prenda.

Comenzaron a bajar por el camino de Xibalba por unas escaleras muy empinadas hasta llegar a un río y habían muchos jícaros pero no se lastimaron. Después llegaron a la orilla de un río de sangre y lo atravesaron sin beber de sus aguas. Llegaron a otro río solamente de agua y tampoco fueron vencidos. Pero en un cruce de cuatro caminos fueron vencidos. Los llevaron a la sala del consejo de los señores de Xibalda y ellos pensaban que hablaban con los señores pero eran señores de palo que ellos habían puesto para engañarlos. Los señores de reían de ellos y les ofrecieron sentarse en un banco que era de piedra ardiente y se quemaban, pero se levantaron.

Después, los enviaron a la Casa Oscura que era uno de los lugares que se utilizaban en Xibalba para castigar. Les dieron y unos ocotes y unos cigarros para cada pero a la mañana siguiente al ellos decir que se los habían terminado los sacrificaron. A Hun-Hunahpú le cortaron la cabeza y la colocaron en un árbol que nunca había dado fruto y de pronto comenzó a darlos.

Los señores ordenaron que nadie se acercara al árbol ni tomara de sus frutos.

Una muchacha se interesa por la historia del árbol de los frutos.

Capítulo III:

Esta mujer era una doncella hija de un Señor llamado Chuchumaquic. Ella estaba fascinada por la historia del árbol y sus frutos y le dijo a su padre que quería ir a conocer ese árbol.

Cuando llegó al árbol quería de todos modos uno de ellos y de pronto la calavera, que estaba entre las ramas le dijo que si ella quería uno de los frutos que estirara su mano derecha para alcanzarlo. Ella lo hizo y él escupió en su mano. El le dijo que en esa saliva le daba su descendencia.

A los seis meses su padre notó que estaba embarazada y al ir a pedir consejos a los señores de Xibalba sobre el futuro de su hija ellos le aconsejaron sacrificarla a lo que el padre accedió.

Así que envió a los buhos para que la mataran y volvieran con su corazón. Esta los convenció de no hacerlo y los llevó hasta el árbol antes conocido como Arbol rojo de grana que ahora se llamaría árbol de sangre. Del árbol brotó un jugo que al caer en la jícara se coaguló y parecía un corazón. Los buhos llevaron esto a los señores que se impresionaron por el olor a fruta de la sangre pero creyeron que ella había muerto. De esta manera ella engañó a los señores de Xibalba. Los buhos volvieron con ella para servirle.

Capítulo IV:

La mujer, llamada Ixquic llega donde la madre de Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú pero esta no la quiere recibir en su casa por considerarla deshonesta por cargar en su vientre hijos o hijo de Hun-Hunahpú o Vucub-Hunahpú. Ella le dice que pronto la convencerá de que sus hijos muertos en Xibalba viven en ella. Los hijos de Hun-Hunahpú se enojan por la presencia de ella y se dedican todo el día a esculpir y a tocar la flauta.

Luego, la señora le pone una prueba para aceptarla. La envía por una gran cantidad de maíz a donde ella sabe que sólo hay una planta de maíz. Ixquic clama a sus dioses y consigue que le den mucho maíz y al llevarlo a su suegra ella se convence de que ella carga a sus nietos o nieto y la acepta.

Capítulo V:

Los narradores dicen que a continuación van a contar el nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué. Los niños nacen en el monte y cuando están en la casa no pueden dormirse y no dejan de gritar. Para tranquilizarlos los ponen encima de un hormiguero y se duermen tranquilamente. Luego los pusieron sobre unas espinas. Los hermanos mayores de ellos: Hunbatz y Hunchouén querían que se murieran porque les tenían envidia aunque sabían que ellos eran los sucesores de sus padres que habían muerto en Xibalba y que eran especiales pero la envidia los cegaba.

Ni la abuela ni ellos lo aceptaban y no les daban de comer, sólo de las sobras. 
Aunque los trataban mal Hunahpú e Ixbalanqué no se enojaban con ellos y se pasaban todo el día tirando con cerbatana. Siempre llevaba pájaros para comer pero la abuela no les daba.

Un día volvieron a la casa sin pájaros y le pidieron a sus hermanos mayores que los acompañaran a buscarlos porque no podían bajarlos de los árboles. Los hermanos accedieron y Hunahpú e Ixbalanqué planearon la manera de vencer a sus hermanos por tratarlos mal.

Cuando llegaron al árbol los hermanos mayores se maravillaron por la gran cantidad de pájaros y se subieron al árbol para atraparlos. De pronto el árbol comenzó a hacerse más grande y no podían bajar. Hunahpú e Ixbalanqué les recomendaron que se quitaran los calzones, "atadlos debajo del vientre, dejando largas las puntas y tirando de ellas por detrás de ese modo podréis andar fácilmente". Pero inmediatamente hicieron esto se convirtieron en monos y comenzaron a columpiarse por los árboles.

De esta manera los hermanos menores vencieron a los mayores.

Hunahpú e Ixbalanqué regresaron a la casa e informaron a la abuela de lo acontecido y le dijeron que volvería a ver a sus nietos pero que iba a ser una prueba difícil para ella y que no debía reírse.

Comenzaron entonces a tocar la flauta y aparecieron los hermanos mayores pero la abuela comenzó a reírse y volvieron a irse. Los hermanos menores le dicen a la abuela que sólo tendrá algunas otras oportunidades para ver a sus nietos y que dejen de ser animales pero no debe estallar en risa. La abuela no puede contener la risa en ninguna de las ocasiones y los hermanos mayores quedan convertidos en animales porque "se ensordecieron y maltrataron a sus hermanos".

Capítulo VI:

Los dos hermanos salen a sembrar la milpa pero no tienen que hacer nada porque los instrumentos trabajan solos sin necesidad de que ellos los manejen. Al final del día toda la tierra estaba arada y los árboles en el suelo. Ellos regresan a su casa y fingen estar cansados por todo el trabajo realizado. Pero al día siguiente encuentran todo como si nadie lo hubiera trabajado nunca. Hunahpú e Ixbalanqué sospechan de los animales y se ponen en vela durante la noche para descubrirlos. Efectivamente los animales habían ordenado a los árboles que volvieran a su sitio. Hunahpú e Ixbalanqué están furiosos y comienzan a perseguir a los animales pero no logran atraparlos.

Aquí el narrador o los narradores explican el origen de algunas características de los animales como resultado de esta confrontación. Por ejemplo, el venado y el conejo tienen las colas cortas porque Hunahpú e Ixbalanqué se las arrancaron y el ratón tiene la cola sin pelo porque ellos se la quemaron dejándola sin cabello.

Es precisamente este ratón el que le dice que su abuela tiene escondidas en su casa una pelota de sus padres y otras cosas que les pertenecían: el anillo, los guantes y los cueros. Hunahpú e Ixbalanqué lo llevan a su casa y engañan a su abuela y a su madre para que salgan de la casa y ellos poder apropiarse de estos objetos. Al fin lo logran y los esconden en el camino que conduce al juego de pelota.

Capítulo VII:

Hunahpú e Ixbalanqué van a jugar con la pelota en el mismo lugar que sus padres jugaban y que molestaba a los señores de Xibalba. Entonces estos envían unos mensajeros a la casa de la abuela a decirles que los señores querían jugar con ellos en siete días. Como los hermanos no están en la casa la abuela envía a un piojo a que les dé el mensaje. En el camino el piojo se encuentra con un sapo y este le ofrece tragárselo y así llegar más rápido a dar el mensaje porque él puede saltar. Luego el sapo se encuentra con una culebra que se tragó al sapo con el engaño de llevarlo más rápido al campo de juego. Después un gavilán se tragó a la culebra.

Cuando el gavilán llega al campo de juego los hermanos le tiran y le dañan un ojo. El gavilán les dice que tiene un mensaje para ellos pero que le curen el ojo primero. Ellos lo hacen y entonces vomita a la culebra que a su vez vomita al sapo pero el sapo no puede vomitar al piojo porque éste lo ha engañado y se ha quedado pegado en uno de sus dientes. El piojo les da el mensaje a los hermanos y éstos van a su casa a despedirse de la abuela y de su madre.

Hunahpú e Ixbalanqué siembran una caña cada uno y le dicen a su abuela que si la caña se seca es que ellos han muerto.

Capítulo VIII:

Hunahpú e Ixbalanqué comienzan el camino a Xibalba y se encuentran con las mismas trampas que sus padres pero ellos no caen en ellas (los ríos, los caminos, los muñecos de palo). Ellos envían un mosquito para que pique a los señores de Xibalba y así conocer sus nombres porque ellos no querían que supieran sus nombres.

Cuando Hunahpú e Ixbalanqué llegan frente a ellos y los saludan por sus nombres propios (14 señores)los intentan engañar para que se sienten en la piedra caliente pero no lo logran y los envían a la Casa Oscura pero tampoco allí logran vencerlos.

Capítulo IX

Los mensajeros de los señores les entregan los ocotes y los cigarros y les dicen que deben durarles toda la noche y dárselos de vuelta en la mañana. Con colas de guacamaya y luciérnagas en la punta de los cigarros Hunahpú e Ixbalanqué logran hacer creer a los señores que estaban utilizando los ocotes y los cigarros y que los habían vencido. Pero a la mañana siguiente los hermanos le entregan todo en el mismo estado en que ellos se lo dieron.

Los invitan a jugar y les hacen trampa para que mueran en el juego pero no lo logran.Planean entonces los señores otra treta para vencerlos. Esta vez les entregan cuatro jícaros y les piden que las llenen de unas flores específicas que estaban muy custodiadas. Entonces los encierran en la Casa de las Navajas pero estas no les hacen nada porque ellos les prometen la carne de todos los animales.

Hunahpú e Ixbalanqué envían a unas hormigas por las flores y de esta manera las consiguen y se las entregan a los señores. De esta manera los vencen nuevamente.

Capítulo X

Los llevaron a Hunahpú e Ixbalanqué a la Casa del Frío pero ellos lograron salir vivos con troncos viejos. Entonces los pusieron en la Casa de los Tigres pero con huesos de animales lograron entretenerlos y que no les hicieran daño. Después los llevaron a la Casa del Fuego pero tampoco les pasó nada porque sólo se quemaba la leña.

Por último los pusieron en la Casa de los Murciélagos donde un animal llamado Camazotz decapitó a Hunahpú cuando sacó la cabeza de la cerbatana donde dormían para ver si ya había amanecido.

Los señores se alegraron por lo que le había pasado a Hunahpú y colgaron su cabeza sobre el juego de pelota.

Capítulo XI

Con ayuda de los animales Ixbalanqué logra convertir el cuerpo de una tortuga en la cabeza de Hunahpú. De esta manera logra ir al juego y mientras un conejo despista a los señores él toma la cabeza de Hunahpú y la coloca sobre su cuerpo. Entonces le ganan nuevamente a los de Xibalba.

Capítulo XII

Los narradores anuncian que van a contar sobre la muerte de Hunahpú e Ixbalanqué.

Presintiendo que iban a morir Hunahpú e Ixbalanqué van donde dos consejeros y les dicen que si los de Xibalba les preguntan qué hacer con los huesos de ellos cuando mueran que les diga que los muelan con piedra y que los tiren al río.

Los de Xibalba preparan una hoguera y los invitan a "compartir" con ellos pero ellos les dicen que saben de su muerte y se tiran juntos a la hoguera y mueren. Los consejeros les aconsejan lo dicho por Hunahpú e Ixbalanqué . Entonces, muelen sus huesos y los tiran al río pero antes de llegar al fondo del río ya el polvo de los huesos de ha convertido de nuevo en Hunahpú e Ixbalanqué.

Capítulo XIII

Cinco días más tarde aparecieron en el río y tenían la apariencia de hombres-peces (los héroes eran hijos de las aguas). Después aparecen en Xibalba como dos ancianos y comienzan a hacer maravillas y magias que recuerdan a los actos de sugestión que hacían los fakires y que los mayas de México conocían muy bien. Estos actos eran quemar casas y que luego resultaran sin ningún daño o despedazarse uno a otro y luego resucitarse sin ningún daño físico. Estas cosas maravillaron a los habitantes de Xibalba y los señores pidieron verlos en persona en su casa para que los maravillaran también.

Hunahpú e Ixbalanqué accedieron y fueron a la casa de los señores para bailar y hacer sus actos de magia. En un momento dos de los señores principales les piden que los despedacen y que luego los resuciten pero ellos no los resucitan. Así comienzan a vencer a los señores. Los que pueden con sus familias huyen y tratan de esconderse pero las hormigas no los dejan. Así tienen que volver humillados y afligidos y de esta manera Hunahpú e Ixbalanqué vencen a los señores de Xibalba.

Capítulo XIV

Hunahpú e Ixbalanqué aparecieron ante los de Xibalba y les dijeron sus nombres verdaderos y les anunciaron que todos iban a morir en venganza de lo que habían hecho a sus padres. Los de Xibalba se arrodillan y les suplican perdón. Hunahpú e Ixbalanqué los sentencian a vivir para siempre humillados y los condenan a hacer cacharros, pastes y piedras de moler maíz. Les dicen que el juego de la pelota no será más para ellos (estaba reservado a la gente principal). Su vida estaría rodeada de los desventurados, los viciosos y otros pecadores.

La abuela de Hunahpú e Ixbalanqué había sufrido al ver que las cañas retoñaban y morían, retoñaban y morían. Entonces se llenó de alegría cuando por última vez retoñaron y las llamó el Centro de la Casa.

De esta manera Hunahpú e Ixbalanqué honraron la memoria de sus padres y les predestinaron que serían invocados y adorados por los vasallos civilizados.

Luego de vencer a todos los de Xibalba subieron en medio de la luz y al instante se elevaron al cielo. Al uno le tocó el sol y al otro la luna. Entonces se iluminó la bóveda del cielo y la faz de la tierra. Y ellos moran en el cielo.

1 comentario:

  1. Mis respetos para la persona que comparte sus conocimientos de forma tan desinteresada. Que Dios te lo multiplique.

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